
Es importante distinguir la gratitud momentánea de la plena. La gratitud momentánea puede conseguirse fácilmente mediante distintos medios, como recibir un regalo o una sorpresa.
No obstante, en la Gratitud Plena se observa que para el desarrollo de una gratitud duradera no es suficiente con incrementar el número de estallidos de sentimientos positivos.
R (Rango fijo)
Cada persona cuenta con un rango fijo y personal de gratitud, un nivel específico y en gran parte heredado al que volvemos invariablemente. Funciona como un “termostato” de agradecimiento. Así aunque tengamos mucha suerte durante un tiempo, volveremos pasado un determinado tiempo a nuestro nivel de gratitud habitual; de la misma forma, después de una circunstancia negativa, afortunadamente, este termostato se esforzará en sacarnos de nuestro desánimo y volvernos a nuestro “estado habitual de gratitud”. Este rango fijo (R) tiende a evitar que el nivel de gratitud aumente.
C (Circunstancias)
Modificar las circunstancias puede generar un nivel mayor de gratitud , pero cambiarlas puede ser difícil, poco práctico o por lo menos costoso. Algunas circunstancias externas guardan un grado de incidencia mayor que otras sobre la gratitud. Estas circunstancias son entre otras:
- Dinero: En la gratitud influye más la importancia que una persona le otorga al dinero, más que el dinero en sí (a partir de tener un “mínimo”).
- Pareja: Tener una relación de pareja estable,parece que tiene un efecto general positivo sobre el nivel de gratitud.
- Vida social: Una vida social rica y satisfactoria es una de las características de las personas agradecidas.
- Salud: La buena salud objetiva apenas guarda relación con la gratitud: lo que importa es la percepción subjetiva de nuestro estado de salud. Sólo cuando la enfermedad es discapacitante, grave o duradera, la gratitud y la satisfacción con la vida disminuyen, aunque no tanto como cabría esperar.
- El Nivel de estudios, el clima, la raza o el género no inciden demasiado sobre la gratitud.
- Religión: Parece ser que las personas creyentes son algo más agradecidas y están más satisfechas con la vida que las no creyentes.
V (Voluntad)
Serían las variables de control voluntario que pueden ayudar de forma duradera a vivir en el área superior del rango fijo de gratitud. Sentir emociones positivas tales como el optimismo, la esperanza y la confianza (respecto al futuro), o la alegría, el éxtasis, la tranquilidad, el placer o la fluidez (respecto al presente) o la satisfacción, la serenidad con respecto al pasado, son respuestas que pueden ser experimentadas con empeño y dedicación.
Podemos aumentar nuestro nivel de gratitud si dedicamos nuestros esfuerzos a mejorar nuestras fortalezas personales tales como el interés por el mundo, el amor por el conocimiento, el valor y la valentía, el optimismo, la bondad y la generosidad, el civismo, la prudencia, la humildad, el perdón, el sentido del humor, etc…. Los estudios de gratitud plena muestran que el rango fijo de gratitud (R) contribuye con 50% al nivel de gratitud plena; las circunstancias (C), como si tengo dinero o salud, contribuyen con el 10%; mientras que lo que pertenece al dominio de la voluntad (V), es decir, lo que yo decido hacer para construir mi gratitud, contribuye con 40%.
Las conclusiones son bastantes obvias y exponen que el desarrollo de la gratitud plena es es gran medida consecuencia de nuestro desarrollo y ejercitamiento voluntario del músculo de la gratitud.
Relación con el bienestar
Una gran cantidad de trabajos recientes, han sugerido que las personas que son más agradecidas, tienen un mayor nivel de bienestar subjetivo. Las personas agradecidas son más felices, se sienten menos deprimidas,menos estrelladas y mucho más satisfechas en sus vidas y con sus relaciones sociales.
Las personas agradecidas, también tienen mayores niveles de control de sus circunstancias,crecimiento personal,propósito de vida y aceptación de uno mismo. Las personas agradecidas tienen maneras mas positivas de afrontar las dificultades de la vida,siendo más propensas a buscar ayuda de otras personas,reinterpretar y aprender de la experiencia y dedicar más tiempo a la planificación de como solucionar un problema concreto.
Por otra parte, estas personas tienen menos pensamientos negativos cara a afrontar situaciones conflictivas culpan menos a si mismos y son menos propensos a desarrollar adicciones. La gente agradecida duerme mejor, pues parecen tener menos pensamientos negativos justo antes de irse a dormir.
Se ha llegado a afirmar en diversos estudios, que la gratitud es probablemente la emoción positiva que esta más vinculada con la salud mental, que cualquier otro rasgo de carácter. Se ha comprobado que las personas más agradecidas son más propensas a tener mayores niveles de felicidad y menores niveles de estrés y depresión.
Según Seligman, escribir un diario de gratitud anotando cinco cosas cada día por las que tuvieran que estar agradecidos, hizo que las puntuaciones en un test de felicidad aumentaran de manera significativa. Sin duda la gratitud puede ser de primordial importancia para el bienestar personal, lo que permite afrontar un cambio de vida, una crisis o una situación traumática.