Libro

Conexiones cerebrales

Sustento sólido y prolífico en la memoria de vivencias y bancos de datos, en los que sustentar la capacidad metafórica generadora, a su vez, de las dosis de creatividad necesaria para ser feliz.

Enfrentada la mente a un estímulo externo, se pone en marcha enseguida la búsqueda en la memoria de algo parecido, de recuerdos comparables. El resultado es que el manejo y la familiaridad con motivos muy complejos vinculados a la senectud, exacerba los niveles de felicidad y las ocasiones de amar.
Si el estímulo exterior debe ser cada vez más rebuscado y complejo para superar lo archivado en la memoria, más difícil resultará, con el tiempo, convertir un sentimiento de placer en una emoción de amor.»

Sólo las personas con inhibidores latentes que funcionan con una perfección excesiva —los inhibidores latentes son los resortes cerebrales que le permiten a uno concentrarse en la lectura de una novela, de pie, en el pasillo de un autobús abarrotado— tienden a olvidar la oferta inconmensurable de estímulos sofisticados en la vida cotidiana. Las cosas y los organismos que nos rodean están repletas de incentivos para soñar. No hay déficit de oferta, sino incapacidad para asimilarla.

La buena salud de un colectivo no dimana del estado de sus genes, ni de su dieta, ni del clima; no es el resultado de opciones individuales que sólo atañen a la persona observada. Más allá de la persona individual, su felicidad y ánimos dependen de los valores del mundo que habita y del entramado pergeñado con los demás. A pesar de su atractivo a nivel mental e individual, la política es irrelevante a la hora de conformar la vida social.

Han sido varios los estudios sobre los procesos psiconeurobiológicos subyacentes a las decisiones de orden moral. Se trataba de saber, principalmente, si las emociones desempeñan un papel causal en los juicios morales, así como descubrir cuáles son las zonas del cerebro activadas por las emociones que contribuyen a los planteamientos morales. Varios experimentos han demostrado que los pacientes con daño focal bilateral en la corteza prefrontal ventromedial (CPVM) —una zona clave para el desarrollo emocional y, particularmente, para las emociones sociales—, generan un nivel anormalmente elevado de decisiones utilitarias u objetivas al enfrentarse con dilemas morales.

Estos resultados son una prueba concluyente de que para unos dilemas morales específicos y seleccionados, la CPVM es decisiva a la hora de dilucidar el bien del mal. De paso, esos resultados apoyan las tesis relativas a la importancia —por activa o por pasiva— de las emociones en los planteamientos morales.
La opción a favor de la razón y no de la emoción se conciliaría fácilmente no sólo con la moral heredada, por la vía del respeto a los compromisos adquiridos, sino con su renuencia a cualquier planteamiento emocional, provocada por la estructura de los circuitos cerebrales.

En lugar de los enfoques racionalistas tradicionales para el análisis de los mecanismos cognitivos de orden moral, se tiende ahora a poner de relieve la importancia que pueden tener los mecanismos emocionales, ya sean conscientes o inconscientes. Los análisis basados en la importancia de las emociones se nutren de múltiples líneas de investigaciones empíricas: estudios de poblaciones clínicas revelan una correlación entre comportamientos emocionales anormales y una conducta moral perturbada; investigaciones de neuroimagen demuestran de manera consistente que las tareas de orden moral activan áreas cerebrales reconocidas para procesar emociones; por último, los análisis conductuales demuestran que la manipulación de los estados afectivos puede alterar los juicios morales. La implicación de estas ideas es que la gente que tiene algún problema en sus respuestas emocionales tendrá alteradas sus intuiciones morales.

Si se trata de combatir adicciones a la nicotina, a la cocaína o a la comida, se pueden modificar los circuitos de recompensa para que la actividad excesiva que hay en esos circuitos adictos se reduzca.
«Si puedes modificar la actividad en un circuito —En el momento en que se ha identificado el circuito, se puede modificar en la dirección correcta. La idea de modificar circuitos para cambiar comportamientos va guiada por el deseo de ayudar a enfermos que tienen un trastorno neurológico psiquiátrico.» Pero, obviamente, hay toda clase de posibilidades de implementar esto en sujetos «normales». La siguiente pregunta es saber ¿qué es normal? Si podemos acelerar el aprendizaje cuando un niño quiere aprender a tocar el piano, ¿podemos hacerlo? ¿Eso es bueno? ¿Deberíamos hacerlo? Se abre un sinnúmero de cuestiones éticas que son muy importantes. Hay cosas que podrían hacerse y que tal vez no debieran emprenderse todavía, porque no se conocen con precisión los detalles o efectos secundarios, si los tuvieran.

One thought on “Conexiones cerebrales

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s