
Mis pensamientos: cómo interpreto la realidad, cuáles son mis distorsiones “favoritas” y cómo influye todo lo anterior en mi bienestar emocional.
Además de las distensiones cognitivas, existen otras muchas limitaciones que los seres humanos utilizamos para interpretar nuestra realidad, como por ejemplo: CREENCIAS IRRACIONALES, los PENSAMIENTOS “ACIENTÍFICOS”, los “PENSAMIENTOS CATASTROFIZANTES”, los “DEBERÍAS”, y, para quedarnos ya chafados del todo, con la expresión adivinatoria de “Y SI…”.
CREENCIAS IRRACIONALES
Se caracterizan por ser creencias dogmáticas, poco o nada realistas y absolutas, son rígidas y suelen tener un componente desencadenante muy negativo:
Necesito amor y aprobación de todos cuantos me rodean. Para ser valioso debo conseguir todo lo que me propongo. Los “malos” deben ser castigados por sus malas acciones. Es horrible que las cosas no salgan como yo deseo.
Los humanos no podemos hacer nada para evitar las desgracias y sufrimientos, pues son producidas por causas externas e incontrolables (externalidad- incontrolabilidad).
Debo pensar constantemente que puede ocurrir lo peor.
Es más difícil afrontar dificultades que evitar responsabilidades (o es más fácil evitar responsabilidades que afrontar dificultades).
Hay que tener a alguien más fuerte, en quien confiar.
Mi pasado es determinante de mi presente y futuro.
Debo preocuparme constantemente de los problemas de los demás.
Cada problema tiene una solución acertada, y es catastrófico no encontrarla.
PENSAMIENTOS “ACIENTÍFICOS”
Decidimos que existen ciertas verdades, en las que nosotros confiamos ciegamente, que son absolutas. Para identificarlas solo tenemos que estar atentos a si, en la misma VERDAD están las siguientes palabras:
Siempre, Nunca, Todos, Nada, Necesito, No puedo soportar
¿Estás seguro que siempre te pones de los nervios cuando aparece un inconveniente en tu vida? ¿De verdad no recuerdas al menos una vez en la que fuiste capaz de superar/afrontar/encauzar una situación que sentías que era difícil? Y así un sinfín de situaciones más en tu vida cotidiana.
PENSAMIENTOS “CATASTROFIZANTES”
Ciertos aspectos de la vida nos paralizan, en ocasiones incluso, sin suceder, sólo de pensar en ellos, creemos que eso es lo que nos va a pasar y, por tanto, anticipamos un fracaso y comenzamos a sentir angustia, ansiedad, enfado, tristeza… Esta forma de encarar las situaciones probablemente, nos llevará a afrontarlas con desgana, sin prestar la debida atención, emocionalmente perturbados y con todas las papeletas para fracasar (esto, en el lenguaje de la Psicología se denomina “Profecía autocumplida”).
¿Podría pasar que las personas, situaciones y demás no fuesen tan terroríficas? ¡Piénsalo bien!
DEBERÍAS
Están en relación con cómo consideramos que sería un mundo perfecto e, incluso, como cada uno debe ser. Aunque los deberías se transformaran en realidad, ¿te aseguran felicidad plena? ¿Por cuánto tiempo?
Debería haber estudiado en la universidad
Debería tener una casa
Debería haber tenido hijos
Mi pareja debería saber que me molesta que estén los platos sin lavar
Los vecinos deberían ser más cuidadosos en el garaje y aparcar mejor en las plazas, sin arrimarse a las columnas
Mi amigo debería darse cuenta de que me ha molestado que no me llamara ayer
Y así hasta el infinito generando un mundo artificialmente perfecto… ¡agotador!
Y SÍ…