Book

El fin de la vida privada

A algunos les puede sonar exagerado escuchar que la “destrucción de la familia” es el principal objetivo social y más aún en un blog de tecnología.

Pero así es: cualquier estructura humana tiene como base la institución familiar; si un proyecto contratradicional, e infrahumano quiere imponerse, resulta comprensible que la familia sea una institución a destruir. La salud de la institución familiar: matrimonios basados en mentiras, hipocresía, separaciones, divorcios, paternidades ausentes, maternidades sin paternidades, incomunicación, infancias en soledad, ausencia de cohesión y estructura familiar, matrimonios no consumados… ¡e incluso matrimonios gay!

La familia moderna no es sino el maltrecho residuo superviviente de un proceso de destrucción institucional de base social. El objetivo está claro y su éxito está a la vista: la destrucción familiar como unidad de desarrollo del ser humano.
Seres humanos gestados y criados lejos de sus padres, con una crianza y educación bajo control del Estado.

No es ciencia-ficción: en las familias modernas actuales, los padres (los dos, el padre y la madre) necesitan trabajar más de cuarenta horas semanales; los niños tienden a entrar en las guarderías y escuelas siendo lactantes (cada vez antes); la escolaridad lleva cada vez más tiempo semanal, tendencia que los padres agradecen porque resuelve su problema de “falta de tiempo” fuera de la jornada laboral; el tiempo excedente en el “hogar”, el niño lo pasa solo o mal acompañado: TV, internet, videojuegos…; la educación “extraescolar” recae en plataformas de massmedia que cuidan de los niños mientras los padres trabajan; el “hogar” se convierte así en una plataforma de educación del Estado de alta tecnología (TV digital a la carta, LCD, internet de alta velocidad, Playstation, canales temáticos de televisión…) 

Esta exagerada situación es el riguroso presente del mundo moderno, y –muy probablemente- en los próximos años se acelerará la tendencia hacia este concepto familiar. Esta destrucción de la familia tiene, como manifestación en el terreno social, el fin de la vida privada. Este objetivo también se encuentra actualmente en un estadio harto avanzado. Todo movimiento físico internacional queda registrado en mega-bases de datos de control migratorio. Todo movimiento económico está registrado por los mecanismos de control del sistema bancario (tarjetas de créditos, cuentas…) 

Los censos poblacionales se perfeccionan con registros electrónicos de huella digital. Toda comunicación interpersonal (tanto telefónica, como por email) es susceptible de ser espiada a través de los medios que controlan las diferentes plataformas de comunicación (corporaciones telefónicas, servidores de internet, google…) Todo movimiento dentro de las metrópolis modernas es –ya, hoy, actualmente- registrado por sistemas de cámaras cada vez más sofisticados. Todo comercio, hospital, ministerio, universidad… están vigilados por personal, videocámaras y escáneres que se ocupan de nuestra seguridad. 

Todo trabajador corporativista está siempre localizado gracias a dispositivos de telefonía móvil operativos las 24 horas del día. Toda región del globo puede ser mapeada vía satélite a tiempo real. Los pasos aeroportuarios se blindan con escáneres del iris del ojo (“Los ojos son el espejo del alma”), con escáneres biométricos de la fisonomía del rostro (“La cara es el espejo del alma”), y escáneres de rayos X que literalmente desnudan al hombre moderno (“el cuerpo es una tumba para el alma”).

Actualmente, el fin de la vida pública sólo requiere integrar los medios de control en el mismo cuerpo del ser humano a través de chips biotecnológicos que ya existen, que ya están probados, y que ya están operando. ¿Otra exageración, también? No: otra realidad del presente. Chips RFID ya han sido testados en familias voluntarias. Mientras se desarrollan los ajustes y los perfeccionamientos tecnológicos pertinentes, esa misma tecnología ya está siendo aplicada en tarjetas de identificación nacional, pasaportes digitales, vehículos, camiones, empresas de transporte, sistemas de rastreo policial, niños susceptibles de secuestro, mujeres maltratadas, animales domésticos… Esta serie de amenazas ya materializadas nos llevarían al séptimo punto en este resumen del proyecto global del programa político del New World Order, el cual encerraría todos los precedentes, y resulta ser el que a este libro le ocupa.

Leave a Reply

Fill in your details below or click an icon to log in:

WordPress.com Logo

You are commenting using your WordPress.com account. Log Out /  Change )

Twitter picture

You are commenting using your Twitter account. Log Out /  Change )

Facebook photo

You are commenting using your Facebook account. Log Out /  Change )

Connecting to %s