
El estrés crónico es otra de las razones por las cuales te puedes desconectar de la energía de la abundancia.
El estrés es una respuesta natural del cuerpo físico a una situación de amenaza. Cuando estás en una situación de estrés, el cuerpo reacciona preparándote para luchar en contra de esa amenaza o para huir de ella. Al hacer esto, ocurren una serie de reacciones en el cuerpo físico, por ejemplo un aumento en los niveles de adrenalina y el ritmo cardíaco, la respiración se vuelve más superficial y se paraliza la digestión.
Hay también una contracción a nivel energético y en las emociones. La energía de la situación de peligro queda atrapada en el cuerpo físico hasta que la situación termine y este pueda regresar a su estado natural de tranquilidad. Este es el ciclo natural y sano frente a una situación de peligro, es normal mientras que esta amenaza sea temporal y no constante.
El problema es que, hoy en día, la mayoría de las personas vive con un estrés crónico por exceso de actividades, preocupaciones o trabajo. Cuando el estrés está permanentemente en el cuerpo físico, la salud se ve muy afectada y hay un desgaste energético enorme.
El ciclo del estrés se completa cuando bajas los niveles de alerta y permites que la energía pueda moverse y procesarse, para ser transformada en algo distinto. Hay que desactivar esas señales de alerta y liberar la tensión que quedó atrapada para regresar el cuerpo a su estado de seguridad y poder.
Por ejemplo, los animales, después de un episodio de estrés, muchas veces se sacuden y sueltan la energía de rabia, miedo o alerta. Así, ellos naturalmente completan el ciclo del estrés y sacan de su memoria física las emociones de ese episodio. Los seres humanos tienden en general a congelarse frente al estrés o a no expresar las emociones.
Por ejemplo, quizás en algún momento has sentido que después de una discusión o un episodio de mucho estrés como un accidente, tiendes a salir de la situación con el cuerpo físico hecho un “nudo”, con los músculos contraídos y con dolor de cabeza, de estómago o una dolencia similar.
En mi caso, se manifiesta con dolores fuertes de cabeza y de estómago. Si la situación fue fuerte, este dolor puede continuar por muchos días. Mi cuerpo físico guardó la emoción de lo ocurrido y no supe cómo regresarlo a una situación de tranquilidad y seguridad.
Hay muchas maneras en las que puedes completar el ciclo del estrés, por ejemplo bailar, mover el cuerpo físico, correr, sacudirte, gritar, pegarle a un cojín o llorar.
Es bueno intentar no juzgar ni analizar lo que está ocurriendo en el momento en que estás dejando ir las emociones, más bien permitir que el cuerpo se exprese libremente. A mí me gusta mover el cuerpo físico y cuando tengo que soltar bloqueos energéticos me permito que el cuerpo exprese lo que quiere expresar. A veces este proceso puede parecer extraño porque involucra saltar, temblar, gritar y moverme sin sentido.
Puedes hacer este proceso de liberación en un lugar privado, permitiendo que tu cuerpo exprese ese instinto animal y que libere la energía de la manera en que él quiere. Tu propio proceso también te indicará si quieres hablar con una persona cercana sobre lo ocurrido o recurrir a la ayuda de un profesional en el tema si sientes que lo necesitas. Escucha tu intuición, pues ella te llevará al balance interno que estás buscando.
Cuando logres que esa energía fluya, tu cuerpo regresará a su estado natural y podrás abrir los caminos de una nueva percepción de la realidad más segura, expansiva y abundante. Si sufres de estrés crónico, te recomiendo que saques espacios de relajación para ti misma y que nutras tu cuerpo físico con alimentos saludables. A veces los días en que tienes más estrés y compromisos son aquellos en que más necesitas espacios de relajación, por ejemplo para meditar o escribir en tu diario. Esos pequeños momentos contigo misma te traerán mayor claridad y evitarán que el estrés aumente más.