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El punto sobre la í

Permítanme que no sea yo el que quite mérito a sus proezas.

Quien nos lo iba decir, cuando ya nos habíamos acostumbrado a obviar el abismo que supone la soledad más absoluta. Que decir de cuando proyectas en algunas personas el desprecio, produciendo en tí un efecto satisfactorio. Ahora, por arte de magia apareció este artículo en la pantalla de algunos teléfonos.

Cada vez que ignoras el poder de los demás, muestras el miedo que le tienes al sufrimiento, tu capacidad de razonamiento ha mermado sumida por lo que está por acontecer. Desprenden entre otras cosas: cinismo, soberbia e hipocresía cuando manipulan su teclado, valga la redundancia. En el equilibrio está la virtud, nadie dijo que entenderse a través de un teléfono con estas características fuera a resultar tan fácil, un punto intermedio hubiera sido lo correcto, hasta aquí hemos llegado.

Como dice un polémico cantante de éxito internacional llamado Alejandro Sanz en su canción “cuando nadie me vé puedo ser o no ser”, pura ficción. Tienes todas las papeletas para ser un pasajero más, por muy lejos que vayas. Buscas la aprobación de las masas, vives para competir con los demás, es tu motor de propulsión y vas tirando. Igual con suerte sonrías con ironía y muestres interés al saber que solo estás frente al principio de mi verdad.

¿Porque se usa tanto el WhatsApp?

Muchachos, que paranoias son estas, si de verdad creen que exagero, pues tan solo hagan un break y piensen en el hecho fehaciente de que ya me salí 6 veces del mismo grupo y lo volvería hacer. Luego dicen que hay que aguantar, pero que me están contando misijos.

Acepto que en una comunidad que está formada por más de 10 integrantes lógicamente surjan piques. Lo que me niego a entender es que nada sacie tal apetito por enojar y lo más ruin de todo es como se actúa. Cuidado que no estoy diciendo que el uso de los grupos WhatsApp sea una aberración ni nada por el estilo. Lo desagradable de este asunto, en el cuál se ve involucro la mayoría, se manifiesta cuando aparece un repetido intento de “burla” de algún degenerado como costumbre, ahora se lleva el insistir. Se incita al grave hecho que provoca volverse un adicto a la tecnología cuando el “agredido”, en aras de mantener su honorabilidad con su derecho a defenderse lanza su ofensa, buscando rematar la gracia, creo queda reflejado el desequilibrado existente.

Y ahora por favor, ahórrense el tópico de para bien o para mal lo importante es que hablen de uno.

Con la salud de las personas no se juega, grávense estas palabras.

Mis estudios me acreditan como técnico superior de comunicaciones, ejerzo mi profesión con los pies descalzos en la playa que a los canarios siempre nos ha gusta eso. Me despido una vez más como socorrista canario orgulloso por mi adición controlada en los medios.

Si, es cierto, por necesidad y por tiempo desconocido continuaré mostrando mi arrogancia desahogándome durante dichas reflexiones. Todo en mi horario no laboral.

Otro día, si el tiempo y las ganas me lo permiten escribiré para dar mi humilde opinión acercar del chat privado. A priori parece más sencillo de analizar. En lo que a la situación actual se refiere, podría ser pero que igualmente guarda mucha controversia.

Te reto a que pongas en comentarios tu crítica, la estaré esperando.

Que conste no tengo ninguna intención en compartir esta información, aunque sería conveniente que tú si lo hicieras de forma voluntaria.

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